Si tal y como venimos advirtiendo desde aquí, el mercado laboral resultante tras la “hecatombe” de cambio de época que nos aflige, se recompone de una vez, habrá de ser bastante distinto al que hemos conocido; y… - resurgiremos todos cambiados de ese cataclismo y renovados,… eso es: diferentes que no “in-diferentes” y será el momento de los valientes, de los activos, de los atrevidos, curiosos, comprometidos y audaces. Habrá que significarse por uno mismo en relación al grupo donde las doctrinas ya no tendrán ningún predicamento. Un giro hacia lo desconocido y por lo tanto incierto, o sea hacia algo nuevo, inevitable, y sobre todo: …vivo -
La crisis actual ha puesto en evidencia el modelo productivo que ha venido rigiendo hasta ahora nuestro sistema económico y nos va a tocar vivir una profunda era de transformación donde las proporciones y referencias establecidas en torno a muy diversos ámbitos de nuestras relaciones y comportamientos se van a ver afectadas por ese discurrir de final de una época “post-industrial” hacia el inicio de una era del “conocimiento”, lo que nos va a exigir a todos no sólo un cambio de mentalidad sino y sobre todo de actitud.
“No podemos resolver un problema desde el mismo nivel de comprensión en el que lo creamos”
A. Einstein
El “look” ideal para “estrenarse” en la MODERNA PASARELA DEL EMPLEO
Si no tienes experiencia habrás de demostrar al menos que tienes entusiasmo, ganas, afán de protagonismo e iniciativa propia para asumir retos. Tener en cuenta esta premisa puede cerrar definitivamente las puertas a tus incertidumbres y abrírselas a todo un mundo de oportunidades.
Habrá que desterrar los miedos, inseguridades, tópicos típicos y demás fantasías animadas respecto a nuestras verdaderas expectativas y posibilidades, así como también, abandonar la idea de que el objetivo primordial es el de llegar cuanto antes a una meta, a la que será mas conveniente situar como un fin, el correspondiente a un particular camino por recorrer, tratando de concentrarnos más en su verdadera finalidad y en la manera de transitarlo sin dejar de disfrutar al mismo tiempo de la experiencia mientras dura. Para eso habrá de estar uno preparado para sentirse tranquilo por seguro y no tanto animado como con buen ánimo… digamos que dispuesto.
Una buena disposición, la juventud, el optimismo, la iniciativa y las ganas de asumir nuevos retos son algunos de los factores que juegan a nuestro favor, y que más valoran los reclutadores en los recién postulantes, pero ojo con la forma de manifestarlos, con el umbral de ímpetu requerido, con el nivel prudente de espontaneidad y sobre todo con el grado preciso de control.
Es preferible para alguien inexperto una imagen conjuntada en tonos neutros aunque resulte algo más gris que un combinado de colores chillones que resalten nuestros perfiles más excéntricos. Siempre resultará más elegante un conjunto “al corte”, cómodo y sencillo que nos contenga, que tratar de expandirnos mediante combinados llamativos demasiado abiertos, sueltos o vaporosos. El pelo siempre natural, nada de perfiles contundentes ni maquillajes extraños, ni aires rocambolescos. Las transparencias lo más “in” pero absolutamente prohibidas para neófitos. Igual que los consiguientes piercing y mucho cuidado con el “pasteleo” que es lo más “out”.
Lo ideal es ir desarrollando un estilo propio, generar nuestra propia marca, y como el marketing se ha democratizado y la tecnología hace posible personalizarlo, una vez tengamos claro qué ofrecemos, el reto será cómo hacerlo. Es decir, la manera en la que más nos interesa entrar en ese proceloso mundo de las relaciones… laborales. Por medio de esa marca personal es por donde conseguiremos que nuestro perfil profesional, reflejo de lo que somos, se ponga a producir posibilitándonos ganar dinero a cambio de crear riqueza para la sociedad.
Y en esto consiste por tanto el paso fundamental: Conocernos en profundidad para saber administrarnos a conciencia que como ya sabéis parece fácil pero es de lo más costoso en cuanto que supone una gran inversión sobre todo en tiempo y en preparación.
La nueva formación va a estar cada vez más centrada en ofrecer conocimientos prácticos que nos enseñen a desarrollar habilidades. La inversión más importante la hemos de hacer sobre nosotros mismos. Nuestra inteligencia, nuestra creatividad y nuestro talento son nuestra principal fuente de riqueza pero habrá que elaborar otros componentes más experimentales que dependen tanto de niveles introspectivos de concienciación como instrumentales de conocimiento.
Habrá que descubrir nuestro verdadero propósito profesional y fijar bien nuestros criterios y valores para decidir sobre el rol profesional más acorde con nuestros intereses y motivaciones, planteándonos a la vez nuestras capacidades de emprendimiento y rentabilidades.
Prometemos desde aquí volver a tratar más ampliamente este capítulo que por su trascendencia requiere un tratamiento específico como parte primordial de todo el complejo proceso de incorporación al mercado laboral.
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